El Fascismo está en el futuro

La mayoría cree que el fascismo se encuentra en el pasado, en los años de Adolfo Hitler y Benito Mussolini. El Fascismo, fue un movimiento que trató de confrontar el capitalismo globalizador, la influencia política del lobby judío y la influencia de las ideas marxistas en la sociedad occidental.

El fascismo creaba una coordinación estado-corporaciones y efectivamente fusionaba el estado y la economía sin asumir un control directo de la propiedad. La fórmula fascista se podría resumir en:

• Propiedad privada de los medios de producción.
• Control estatal sobre la economía de manera indirecta, tomando en especial cuenta las necesidades militares, regulación financiera extrema y vasos comunicantes entre el aparato financiero de los estados y las necesidades financieras de las corporaciones.
• Control de la esfera ideológica de la sociedad, censura, control de la información.

Como se puede observar, los elementos principales del fascismo ya son una realidad en los países capitalistas avanzados, especialmente en la Unión Europea.

Las sociedades europeas actuales sufren un control, adoctrinamiento social, censura y regulación constantes. Adicionalmente, desde el punto de vista económico, la total fusión entre el estado y las corporaciones es evidente desde la crisis financiera de 2007.

Con el advenimiento del sistema tecnofeudal, el fascismo incipiente de hoy se consolidará aun más. Las restricciones energéticas, la pobreza generalizada, la crisis social y familiar, la extensión de la drogadicción y adicciones varias, requerirá extensos mecanismos ideológicos y de control de la información para mantener la cohesión social en la futura sociedad tecnofeudal.

Es bastante probable que solo sea necesario utilizar los mecanismos y regulaciones ya en marcha y simplemente, apretar los tornillos aun más. Por ejemplo, mediante la creación de instituciones de censura y la toma de control de corporaciones que se nieguen a seguir las regulaciones establecidas. La creación de un ambiente militarista y multitud de enemigos externos creará las condiciones necesarias para justificar la censura y el control.

Las consecuentes crisis económicas que implicarán la transición al tecnofeudalismo conllevarán una coordinación y regulación aun más fuerte del capital privado, con constantes flujos de dinero para salvar y reorganizar las industrias y empresas privadas de importancia estratégica.

Sin embargo este nuevo tipo de fascismo estará lejos de poder revertir la crisis social engendrada en el capitalismo, con lo cual el nuevo fascismo no se caracterizará por los ideales fascistas originales de recuperación de la familia y la idea religiosa. El tecnofeudalismo es esconómica y administrativamente tan fascista como las versiones originales pero en un ambiente social (aun más) decadente y en medio de una profunda crisis moral.

A todo esto debemos añadir que la transición al tecnofeudalismo implica el fin de la globalización y la vuelta a restricciones comerciales, proteccionismo y la división del mundo en zonas de influencia, así como una pugna constante entre entre los “polos” de influencia por los recursos naturales de la zona gris, ya que no será tanto el mercado, sino alianzas internacionales, las que definan los flujos comerciales.

El fascismo está en el futuro! El título es aterrador pero consecuencia inevitable de la muerte social que acompaña al capitalismo y que se expresará totalmente en el tecnofeudalismo. El futuro será unos años 40 del siglo pasado en versión extendida con varios polos, uno fascista y otro antifascista (socialista). Ya se vislumbran esos polos, por un lado China-Rusia será el polo socialista y por el otro Occidente será el polo fascista. La zona gris al margen de los polos sufrirá constantes guerra y conflictos consecuencia del antagonismo de los polos del nuevo mundo bipolar.

En conclusión: el fascismo es el modelo político que acompañará al tecnofeudalismo, de la misma manera que la democracia liberal fue el sistema político del capitalismo. La muerte del capitalismo implica la muerte de la democracia liberal.