Una teoría económica científica
Introducción
La teoría aquí expuesta es una continuación de las ideas de los grandes economistas clásicos Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx. Específicamente se reformula la Ley del valor descrita por Marx hace 150 años. A pesar de todo el tiempo transcurrido, la ciencia económica sigue en la oscuridad, dominada por teorías pseudocientíficas o acientíficas que convienen a la clase dominante en el sistema capitalista actual, ya que la teoría de Marx desvela claramente el origen del ingreso de la clase capitalista.
Según Marx, el trabajo es el único creador de valor. En esta obra revisaremos y reinterpretaremos esta teoría desde una nueva perspectiva. Además, definiremos que es el trabajo. Y como el trabajo implica no solo horas del tiempo empleado por una persona, sino la complejidad de este trabajo.
El valor de una mercancía, según Marx, es equivalente al trabajo invertido en producirla, tanto el directamente ejecutado durante el proceso de producción (capital variable) como el pretérito (capital fijo) que se encuentra invertido en el equipamiento y la infraestructura necesaria para la producción. Aquí definiremos el trabajo como producto de la energía multiplicado por la complejidad.
Valor = W = E x π
Donde “π” representa la complejidad (de la palabra griega “períploko”, περίπλοκο), “E” es la energía y “W” es trabajo productivo.
Pero, ¿Que es la complejidad? Antes de avanzar debemos definir claramente que es la complejidad. La complejidad es evidente en todo lo que nos rodea, pero es más evidente en las cosas vivas. Desde un punto de vista físico se habla de orden y de entropía. De acuerdo a la enciclopedia británica, la entropía puede ser definida como el grado de desorden de un sistema, o su grado de aleatoriedad. En este sentido, la complejidad es justo lo opuesto de desorden o grado de aleatoriedad de un sistema. La aleatoriedad en su más puro estado podría considerarse el nivel de complejidad más bajo.
La complejidad es más evidente en los sistemas vivos. Un virus, por ejemplo, es más complejo que una molécula, una bacteria es más compleja que un virus. Un organismo pluricelular es más complejo que una bacteria y así sucesivamente.
También podría decirse que la complejidad del cerebro y el sistema nervioso se incrementa sucesivamente desde las especies inferiores a las superiores y alcanza su máximo desarrollo en el hombre quién posee conciencia de si mismo y capacidad de autodesarrollo de esa conciencia, lo cual le permite reconocer la realidad y valorar los actos propios y ajenos. El surgimiento de la conciencia está correlacionado con un nivel de organización de la materia muy elevado correspondiente a un elevado nivel de complejidad.
Desde un punto de vista económico, todo cuanto es creado en el proceso económico es el resultado de la actividad física y mental combinada de la acción del hombre en el proceso de producción. Se podría decir, que la actividad biológica interna del hombre, su complejidad biológica se extiende hacia afuera, la complejidad se extiende y multiplica a través de la actividad económica del hombre. El hombre utiliza su energía interna y su complejidad interna para crear cosas complejas afuera.
La complejidad que observamos alrededor en la vida moderna, un ordenador, la tv, un programa computacional, un libro, un mueble, son el resultado de la actividad física y mental del hombre, una extensión y proyección de su complejidad interna.
De todo lo dicho y de la observación empírica podemos deducir algunas “reglas de la complejidad”:
- La complejidad solo puede ser generada por “algo” complejo. Así, por ejemplo, la descendencia de un ser vivo proviene de otro ser vivo que es igualmente complejo. Un televisor no puede ser construido de la nada, solo puede ser construido por un organismo complejo. La complejidad de este aparato es una consecuencia de la complejidad del cerebro humano.
- La complejidad que no es regenerada continuamente tiende a la disgregación y descomposición. Este fenómeno es descrito en la física como la segunda ley de la termodinámica. La segunda ley de la termodinámica describe solo media parte de la realidad, específicamente la tendencia de la energía y la materia a disgregarse, fruto de su continuo movimiento. Así se puede decir que la complejidad es una fuerza que imprime dirección al movimiento de la materia y la energía en patrones específicos.
- Los organismos biológicos (y otros entes materiales y sociales complejos) tienden a ganar complejidad con el tiempo.
- Existen dos movimientos básicos en el universo: uno que tiende a descomponer todo lo material y llevarlo a niveles de complejidad inferiores y otro que trata de elevar dichos niveles de complejidad. Estas son las dos fuerzas fundamentales de la naturaleza y por extensión de la sociedad y de la historia. Las religiones han identificado estas dos fuerzas o movimientos como el mal y el bien, Satán y Dios, o el Yin y el Yang. En el caso del marxismo son la tesis y antítesis de la dialéctica (en el proceso cíclico de la negación de la negación), a veces denominadas como las Fuerzas de la Historia. Así, Marx atribuye a la dialéctica esta función de progresión de la complejidad en los procesos materiales y económicos. Marx y anteriormente Hegel, consideraban la dialéctica un mecanismo o una fuerza de la que estaba imbuido el espíritu (en el caso de Hegel) o la materia, en el caso de Marx que creaba un movimiento de progreso, de menor complejidad a mayor complejidad. Desde un punto de vista físico podemos identificar estos dos movimientos con dos dimensiones del tiempo. Una dimensión temporal es responsable por el movimiento linear, y otra por la fuerza de gravedad, que crea un movimiento circular y por tanto cíclico. En realidad, el movimiento circular de los planetas está compuesto de un movimiento linear y una fuerza, la fuerza de gravedad. Por tanto, podemos decir, que la segunda dimensión del tiempo, responsable por la fuerza de gravedad, es a su vez responsable por la complejidad, específicamente por la parte de la complejidad que implica la sincronización de diferentes procesos biológicos en perfecto orden. Es decir, la complejidad se puede dividir en dos aspectos: uno temporal, que implica la sincronización general de diferentes procesos con un propósito común, y uno espacial, que implica forma y aspecto.
Habiendo definido el concepto de complejidad podemos regresar a definir que es el valor de una mercancía producida:
Valor=trabajo=energía x complejidad
Donde la energía aquí mencionada es la energía empleada en el proceso productivo, incluida la energía del propio ser humano, del trabajador.
Por lo tanto, podemos escribir:
Valor = Complejidad incrementada = (Energía x complejidad) + complejidad inicial (es decir, es necesario gastar energía para aumentar la complejidad). La creatividad de los individuos, su inteligencia y preparación son los principales componentes responsables de la complejidad (y el valor) recién creada. Cualquier proceso de generación de nueva complejidad requiere necesariamente energía. Cualquier proceso biológico y económico consiste en construir complejidad a partir de materia de poca complejidad y energía. En los procesos biológicos y económicos, la complejidad y la energía se complementan, no pueden existir la una sin la otra.
Materia Compleja (una computadora por ejemplo) = materia (plástico, metal, sílice, cobre, etc.) + (energía x complejidad) (una materia modificada, o una materia con mayor nivel de complejidad, desde la perspectiva física y social).
Ahora, necesitamos entender que no solo la energía humana debería tomarse en cuenta en este contexto, es decir, la complejidad aportada por el trabajador se multiplica por la energía empleada en el proceso productivo en el cual éste participa, incluyendo la energía eléctrica, así como la energía proveniente del gas u otros combustibles usados en la totalidad del proceso productivo.
Convencionalmente, podemos pensar que la energía es simplemente una mercancía más con un valor que depende del trabajo realizado para extraerla, sin embargo, me gustaría hacer una innovación.
Energía total usada en el proceso productivo es igual a energía humana (equivalente a horas de tiempo) más la energía contenida en vectores energéticos (petróleo, carbón, gas natural y uranio o energía eléctrica producida mediante placas fotovoltaicas, viento o mareas ).
Entonces nuestra fórmula anterior se convierte en:
Complejidad incrementada = complejidad inicial + ((energía humana + energía vectorial) x complejidad)
Valor = ((energía humana + energía vectorial) x complejidad)
Donde la complejidad puede ser añadida por los seres humanos, pero también puede ser añadida por la inteligencia artificial. De hecho, podemos definir la inteligencia artificial como una complejidad acumulada que puede generar más complejidad de forma autónoma. Al aumentar la complejidad, la IA también está produciendo un aumento del valor de un servicio o producto con poca o ninguna intervención humana y a diferencia de los humanos, la IA no tiene hábitos de consumo generales similares a los humanos, y su auto reproducción está subordinada a la amortización de su valor. Esto significa que la IA producirá una gran cantidad de valor nuevo que puede distribuirse libremente, pero que si se apropia de forma privada causará más problemas de realización que solo pueden resolverse mediante la creación de dinero para permitir su monetización y redistribución.
¿Puede la IA considerarse capital variable en ese caso? No, porque el cuerpo del ser humano es libre y la IA es propiedad de otros humanos, es decir, la IA es capital fijo. Aunque esta distinción es arbitraria.
Usando la formulación clásica
p=v+s+c
donde “p” es “precio”, “v” es capital variable, “c” es capital constante y “s” es plusvalía.
Según Marx, el nuevo valor creado o valor agregado = v+s (capital variable más plusvalía). Hay que recordar que el capital variable está constituido por los salarios de los trabajadores empleados en el proceso productivo.
Valor = Valor agregado + c (capital constante)
Valor= ((energía humana x complejidad) + (energía vectorial x complejidad)) + c
Valor agregado (v+s) = ( (energía humana x complejidad) + (energía vectorial x complejidad))
Por otro lado, “c” es en realidad complejidad acumulada y energía gastada (disipada) en producir tal complejidad. Deberíamos excluir el costo de la nueva energía agregada al sistema para simplificar, por lo que “c” no incluirá los costos de energía.
En el proceso de creación de cosas nuevas, la energía y la complejidad acumuladas se transfieren a productos recién creados con un mayor nivel de complejidad: esta nueva complejidad es añadida por los trabajadores.
Valor= v+s+c
Valor= ((energía humana x complejidad) + (energía vectorial x complejidad)) + c
o
Valor= (energía total x complejidad) + c
Donde energía total=energía humana + energía vectorial
El valor agregado total se divide en una parte que es salario del trabajador y otra es plusvalía.
Ahora, introduzcamos una novedad:
Valor total global (de una economía suficientemente grande) = v+s+c (“c” excluyendo el costo de energía) + ( ce + fe ) (1)
Donde “fe” es la energía libre del sistema, o la energía disponible después de que la energía que se usa para producir energía. El costo de la energía “ce” representa aproximadamente la energía que es necesaria para producir energía más cierta cantidad de complejidad que ignoraremos por simplicidad.
En la nueva teoría, los beneficios de una empresa también estarían determinados por “ fe ” y no solo por “s”.
Así, por un lado, el capitalista paga “v” en forma de salarios y paga por capital constante “c” y paga por energía “ ce ”, cuyo costo corresponde a la cantidad de energía necesaria para producir esa cantidad de energía.
La ecuación (1) es más apropiadamente expresada mediante:
Valor total global = (complejidad x (energía libre + energía humana)) v + (complejidad x (energía libre + energía humana)) s + c (2)
Los subíndices “v” and “s” representan la parte de la complejidad y la energía que se destinan a salarios o se obtienen como plusvalía.
De la anterior ecuación se deduce que tanto el salario del trabajador como las ganancias del capitalista dependen de la cantidad de energía libre “fe”.
En las sociedades industriales modernas la cantidad de energía humana es insignificante comparada con la cantidad total y podemos escribir la ecuación (2) de la siguiente manera:
Valor total global= (complejidad x energía libre) v + (complejidad x energía libre) s + c (3)
Donde aquí, “c”, sí incluye los costes de la energía utilizada en producir el capital constante tal y como se hacía en la fórmula original (energía pretérita).
fe = E (cantidad total de energía gastada en la totalidad de los procesos productivos) – e (energía necesaria para producir dicha cantidad total de energía).
La “energía libre” es la que hace posible el crecimiento de la complejidad e incluso el mantenimiento de la complejidad. La economía es una extensión del mundo biológico, donde es necesario extraer energía de los alimentos para mantener la organización y complejidad del cuerpo. Cuando un organismo ya no es capaz de extraer la cantidad de energía que se necesita para mantener su organización y complejidad, dicho organismo muere. El envejecimiento del cuerpo es un mecanismo para reducir la organización y la complejidad que a su vez reduce los gastos de energía. Se puede especular que la razón de la muerte radica en la incapacidad de las mitocondrias para producir suficiente energía para mantener la organización y la complejidad del organismo por más tiempo. La muerte se produce cuando la energía total producida en las mitocondrias que es utilizada en procesos biológicos para mantener la organización y complejidad del organismo es igual o menor que el coste energético de producir dicha energía, es decir, cuando la energía libre se vuelve cero.
De la misma manera que el cuerpo necesita energía libre para su desarrollo y mantenimiento, la economía también necesita energía libre. En los últimos 100 años, la mayor parte de esa energía ha provenido de los combustibles fósiles que es como si (a efectos de la economía global), un hombre hubiera encontrado un enorme almacén de comida para la cual es necesario solo invertir un poco de energía en cocinarla.
Efectivamente, la energía necesaria en extraer cierta cantidad de energía fósil es 15 veces menor que dicha energía. En cambio las fuentes energéticas no fósiles requieren mucha más energía para producirla (para más información “El colapso de sociedades complejas” de Joseph A. Tainter).
Capital y Organización
Los capitalistas tienen parte de razón en que la organización implementada por los representantes o los propietarios del capital es imprescindible para la producción y la extracción de complejidad de los trabajadores. Marx nunca negó la compleja función del capital en las sociedades capitalistas y más bien expresó la necesidad de transferir la propiedad del capital al estado. La complejidad aportada por el trabajador a través del trabajo se realiza mediante las condiciones establecidas por el capital. El capital es capaz de organizar la producción y la transferencia de complejidad desde los trabajadores específicos a los bienes finales que se producen. Pero el capital por sí mismo no puede producir más complejidad (excepto en el caso de la IA): la complejidad se extrae continuamente de los trabajadores a través de las condiciones de explotación y se incorpora a los bienes. La última sociedad poscapitalista sería aquella en la que toda la complejidad se extrae de la complejidad ya acumulada y el bien producido se distribuye de acuerdo con algunos principios. Esto es exactamente lo que Marx pensó como una posible sociedad comunista. Pero desafortunadamente tal transición nunca puede ocurrir en una sociedad capitalista.
A diferencia de los sistemas económicos anteriores (feudalismo, esclavismo) donde una clase sustituye a la otra, simplemente porque su modo de producción es más eficiente y productivo. La instauración de una sociedad socialista requiere una revolución que despoje a la clase capitalista del capital. A medida que el capitalismo se ha desarrollado, el proletariado ha dejado de existir, siendo ahora solo una pequeña parte de la cantidad total de trabajadores. Es lo que los economistas modernos llaman economías tercerizadas. Básicamente, economías donde la mayoría de la población no está empleada en la industria y la agricultura sino en el sector de los servicios. Según Marx el sector de los servicios no es productivo, y los ingresos de tales empleados derivan de los ingresos no realizados de los trabajadores industriales. Solo los trabajadores industriales pueden llamarse “proletariado” y tales trabajadores solo constituyen entre el 10 y el 20% del total de trabajadores en la mayoría de las naciones industrializadas actualmente.
Esto no siempre fue así evidentemente, sino que es el resultado de un proceso constante de automatización que ha reducido la necesidad de trabajadores industriales. Al mismo tiempo que se reducían, el capital buscó la manera de extraer aún más plusvalía a través de la tercerización: la creación de numerosos servicios que tienen como objetivo crear una sociedad más eficiente. Sin embargo, todo el proceso es enteramente dependiente de la industria y su eficiencia. La eficiencia del sector servicios tienen como objetivo maximizar la extracción de plusvalía, que, sin embargo, no es generada en el proceso mismo de tercerización, sino en la fábrica.
Debido a la inexistencia de proletarios, una revolución socialista no es posible en la forma imaginada por Marx. En el capitalismo moderno, las clases más importantes son los trabajadores tercerizados y la clase capitalista.
Tendríamos que escribir un nuevo artículo para analizar las características psicológicas de la clase tercerizada. Esta no es una clase revolucionaria y por tanto no puede realizar una revolución.
La circulación de la complejidad y la energía
La necesidad del ingreso de una persona está asociada al hecho de que las personas tienen necesidades. Es decir, en el proceso de vivir, se consumen mercancías, que pasan de ser nuevas a inusables, o sea, mercancías que pasarán de un mayor nivel de complejidad a un menor nivel de complejidad. Así se cierra el ciclo económico, primero se general elevados niveles de complejidad en el proceso productivo y a continuación, dicha complejidad se degrada, se consume y se vuelve a niveles inferiores de complejidad.
El ser humano requiere una cantidad constante de energía y materia con suficiente cantidad de complejidad para sostener su existencia, lo que Karl Marx llamó, la reproducción de la fuerza de trabajo. En tal sentido, la economía general es una extensión de la vida biológica. La economía no es más que en hábitat extendido, donde la complejidad biológica se manifiesta en complejidad societal.
Bajo el capitalismo, la vida social y la creación de mayor complejidad social en la forma de mercancías y sus modos de uso es organizado por el capital, es decir, el capital es afín a una energía viva que busca su propia supervivencia, expansión y reproducción. Esta es una característica intrínseca del modo de producción capitalista que impregna todo en la sociedad capitalista. En el capitalismo, el capital encarna como nada la fuerza vital que construye nueva complejidad y que mencionáramos en la introducción.
El capital organiza la producción de tal manera que sea posible extraer complejidad de los seres humanos. La cantidad de complejidad que es posible extraer de un trabajador dependerá no solo de la tecnología utilizada en los procesos productivos y las condiciones generales de organización de la empresa sino de la inteligencia, creatividad, conocimiento, habilidades de organización y otras habilidades del trabajador. Es por eso que la educación, el proceso educativo, es el factor más importante en el éxito de las sociedades avanzadas. Ningún país capitalista (ni socialista) avanzado ha logrado tales avances sin un sistema educativo altamente organizado. Pues el proceso educativo es el que propicia al individuo las habilidades necesarias para aportar su complejidad interna al proceso productivo. A través de la educación el hombre es educado y entrenado para transferir su complejidad interna en complejidad social.
Relación entre complejidad y productividad
¿Cuál es la relación entre complejidad y productividad?
Primero debemos definir la productividad: la productividad (P) se puede definir como:
P= Valor/tiempo trabajado (horas)
P= (materia de menor complejidad + energía x complejidad)/tiempo trabajado (horas)
Aquí, por supuesto, hay dos posibilidades para un aumento en la productividad, una es una mayor cantidad de materia con un relativamente bajo nivel de complejidad, o una pequeña cantidad de materia pero con un alto nivel de complejidad. Cuando decimos materia nos referimos a la cantidad de una cosa, incluyendo intangibles, como los programas informáticos.
Así podemos decir que el aumento de la cantidad de una cosa producida en la misma cantidad de tiempo de trabajo humano se denomina incremento de la productividad horizontal, mientras que el aumento de la complejidad de una cosa producida en la misma cantidad de tiempo de trabajo humano se denomina productividad vertical.
Desde el punto de vista marxista se dice que cuando el índice de mejora de la productividad es mayor que el aumento del valor absoluto del capital los países pueden desarrollarse muy rápidamente, esto es así porque parten de un bajo nivel de complejidad. El aumento del valor absoluto del capital suele lograrse aumentando su parte constante más rápido que la parte variable. Además, el aumento de la composición orgánica del capital se equipara al aumento de la complejidad.
Cuando estas magnitudes son iguales (crecimiento del capital absoluto y crecimiento de la productividad), la economía crece a un ritmo más lento. Finalmente, cuando la productividad aumenta menos que el aumento del valor absoluto del capital la economía tiende a crecer lentamente y estancarse. Lo que propongo aquí es que el verdadero límite absoluto en la acumulación de capital es el límite impuesto por las condiciones de una determinada sociedad que no permiten un mayor aumento de la complejidad y, por tanto, de la productividad vertical.
En este último punto podemos identificar la causa del fracaso económico del socialismo soviético, que creció y se expandió mientras pudo incrementar la productividad horizontal. Y a pesar de estar en la cúspide del desarrollo científico, no fue capaz de transferir los logros en este ámbito al proceso productivo, entre otras cosas, el hombre soviético no era capaz de transferir un nivel elevado de complejidad a todos los ámbitos del proceso productivo.
El aumento constante de la productividad es una de las variables que compensa la caída de la tasa de ganancia. En otras palabras, a pesar de la constante caída de la tasa de ganancia (Ley marxista de tendencia a la baja de la tasa de ganancia) el aumento constante de la productividad contrarresta la los efectos de dicha ley. En la práctica, esto se traduce en una mayor composición orgánica del capital y una mayor productividad horizontal y vertical simultáneamente. Cuando se alcanza un límite al aumento de la productividad (permanente o temporal) la única forma de aumentar la tasa de ganancias es mediante el aumento de la energía de los trabajadores (intensidad de trabajo) y la reducción de los salarios (directa o indirectamente a través de la inflación). La reducción de salarios permite un mayor nivel de ganancias y una mayor reinversión. Sin embargo, el capitalismo suele contener una válvula de escape que se activa cuando se alcanza un límite temporal la crecimiento de la productividad y que va siempre acompañado de una una sobreacumulación (también temporal) de capital. Las crisis capitalistas que suelen suceder cada cierto número de años siempre conllevan la destrucción de parte del capital fijo, específicamente de aquel que es menos productivo y avanzado, de esta forma restableciendo la tasa de ganancia y reimpulsando el la tendencia siempre creciente al incremento de la productividad.
Como mencionamos anteriormente, la productividad del trabajo puede aumentar horizontalmente o puede aumentar verticalmente. En nuestra sociedad, la energía proporcionada por los combustibles fósiles y la creciente complejidad del trabajo de muchos trabajadores especializados son los responsables últimos del aumento de la productividad. El aumento horizontal de la productividad está relacionado con un aumento en la cantidad de cosas materiales que se pueden producir con una determinada cantidad de energía y valor de capital, a lo que Marx se refirió como la productividad del trabajo aumentando más rápido que el valor del capital acumulado.
Este tipo de incremento de la productividad también tiene su límite, un límite horizontal (crecimiento extensivo de la economía) que está relacionado con la incapacidad del ecosistema para suministrar todas las materias primas necesarias para aumentar aún más la producción.
Igualmente, la productividad horizontal depende en gran medida de la cantidad de energía libre disponible, que actualmente proviene fundamentalmente de los combustibles fósiles.
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